Puedes pensar en algo pero no caigas en la trampa de pensar y pensar y darte cuenta de que el tiempo ha pasado. Han pasado días, meses o incluso años… es el momento de empezar.

Posiblemente tienes miedo de equivocarte y que te critiquen. De todas maneras, acuérdate de que a nadie le importas taanto. ¿Acaso tu estás constantemente pendiente de lo que hacen los demás? Incluso si estuvieras en desacuerdo con una actitud de alguien, no estarías pensando en esta persona todo el tiempo ni en sus errores. Te daría casi igual, el único escenario en el que te importaría, es en el momento. Cuando la persona hace algo y tu lo juzgas, pero en cuestión de minutos ya lo olvidas. Es exactamente igual cuando crees que los demás te juzgan todo el tiempo. No están pendientes de tí, ni de lo que haces. Puedes bajar la guardia.

Pueden haber varios motivos por los cuales te paralizas y no tomas acción. Tus miedos te bloquean la mayoría de veces.  Imagina que mueres mañana… estoy seguro de que no te importaría tanto lo que quieres hacer. Desarrolla tu valentía y pruebate a tí mismo de lo que eres capaz. 

Hay otra razón por la que no quieres empezar a actuar, y es porque piensas que siempre hay opciones mejores. Así que no puedes decidir entre ellas. Para tomar decisiones más asertivas, te sugerimos reducir tus opciones.

Puedes elegir una opción, probarla y si no te obtienes los resultados que esperabas, ya tienes un plan b. No esperes a que se pase el tiempo si ya lo has evaluado. Mientras tomas medidas puedes tantear la situación. Es más, puedes abandonar el camino si ves que no está dando fruto, al menos ya habrás experimentado. 

Los pequeños pasos siempre son mejores, y el momento más difícil de un proyecto es dar el primer paso. Después de hacer una evaluación a tus posibles decisiones, elige un camino y declara: “Listo, esto es lo que voy a hacer”. Lo mas importante de este punto es empezar.